Hay un elemento importante de fondo de la igualdad de género, que generalmente se pasa por alto: el hecho que no sólo habla de la igualdad y no-discriminación entre "hombres" y "mujeres". Implícitamente también se extiende a la no-discriminación sexual en general, ya sea respecto al sexo del que una persona se sienta o quiera expresar, como es el caso del travestismo o personas transexuales y transgéneros, como respecto a la preferencia sexual o de relaciones, como en el caso de la homosexualidad, la bisexualidad, el polyamor o cualquier otra variedad, siempre que se base en la libre elección y el consentimiento mutuo.
Llegado a este punto, ya se puede también hacer el salto hacia la no-discriminación racial o de cualquier otro factor del aspecto físico, creencia o preferencia personal.
En otras palabras, la igualdad de género pavimenta el camino hacia la también no-discriminación por cualquier otro tipo de diferencia entre las personas individuales o grupos.